Le dije que me gustaba, y quedé insatisfecha.
La verdad era que a veces no me gustaba nada, pero no podía vivir sin ella.
Le dije que la quería, pero también quiero a mi perro.
Después le dije que la amaba, pero mi incomodidad fue mayor aún [...]
decidí prescindir del lenguaje, entonces me acusó de no querer comunicarme.
Desde hace unos años, sólo existe el silencio.
Encuentro, en él, una rara ecuanimidad:
la de los placeres solitarios.
Y está triste
como una silla abandonada
en la mitad del patio azul
Los pájaros la rodean
Cae una aguja
Las hojas resbalan
sin tocarla
Y está triste
en mitad del patio
con la mirada baja
los pechos alicaídos
dos palomas tardas
Y un collar
sin perro
en la mano
Como una silla ya vacía.
No quería dejar de hablar de amor para hablar de postres. Sólo quería dejar de hablar de amor para hacerlo.
Cristina Peri RossiDel presente recordaremos sólo aquello que la memoria quiera conservar, pero ella no es libre, se trata también de una memoria oprimida, de una memoria condicionada, tentada a olvidar, una memoria postrada y adormecida, claudicante. Aunque he tratado de mejorar su funcionamiento mediante varios ejercicios, no logré gran resultado. Estoy seguro de que si a nadie se le hubiera ocurrido inventar la escritura, gozaríamos de una memoria en mejor estado. Pero con la excusa de la palabra escrita, se ha vuelto tan perezosa que se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo o distraída.
Cristina Peri RossiStichwörter: tiempo presente memoria
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