A veces, cuando algún profesor termina la explicación y pregunta si ha quedado alguna duda, Sylvia tiene ganas de levantar la mano y decir sí, ¿podría volver a empezar desde el principio?, pero desde el principio del principio, desde que nacemos, porque aún no he comprendido nada en estos casi dieciséis años de vida.
David TruebaEl deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentra las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo. Si las puertas y contraventanas están cerradas, golpeará durante un rato en busca de las grietas o ranuras que le permitan filtrarse. El deseo asociado a un objeto de deseo nos condena a él. Pero hay otra forma de deseo, abstracta, desconcertante, que nos envuelve como un estado de ánimo. Anuncia que estamos listos para el deseo y sólo nos queda esperar, desplegadas las velas, que sople su viento. Es el deseo de desear.
David TruebaSiempre he sospechado que la amistad está sobrevalorada. Como los estudios universitarios, la muerte y las pollas largas.
David TruebaSiente una especie de dolor en el pecho, intenso pero placentero. Es como si hubiera una herida, pero una herida leve, una marca en la piel que quieres acariciar, reconocer, disfrutarla por todo lo que significa para ti. Ahora que aún está, porque es posible que, pronto, desaparezca.
David TruebaStichwörter: love life-and-living
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