Al parecer, hay personas profundamente temerosas de sus propias emociones, en especial de las dolorosas. Penas profundas, arrepentimientos, tristezas. En especial la tristeza, tal vez. Como si algo que se siente de verdad y por completo no tuviera fin ni fondo. Algo que podría volverse infinito y atraparlos.
Autor: David Foster Wallace