Convénzanse, uno no triunfa, uno nace en el triunfo y allí se consolida, quien en estos años quiere triunfar, será siempre un fracasado, el triunfo es cada vez más herencia genética: destreza en las finanzas, la política, el cultivo de las relaciones. Es ridículo andar por la calle musitando consejas y máximas ("el éxito es una convicción íntima"), ésas son andaderas mentales, puras pendejadas.
Autor: Carlos Monsiváis