Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.

Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angol, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.

Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto

mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

Autor: Pablo Neruda

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, <br />sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, <br />en regiones contrarias, en un mediodía quemante: <br />eras sólo el aroma de los cereales que amo.<br /><br />Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa <br />en Angol, a la luz de la luna de Junio, <br />o eras tú la cintura de aquella guitarra <br />que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.<br /><br />Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. <br />En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. <br />Pero yo ya sabía cómo era. De pronto<br /><br />mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: <br />frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. <br />Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino. - Pablo Neruda




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