El que miente es traidor: sus víctimas le escuchan suponiendo que dice la verdad. El mentiroso conspira contra la quietud ajena, falta al repeto a todos, siembra la inseguridad y la desconfianza. Aborrece la sinceridad. Dice que ella es fuente de escándalo y anarquía, como si pudiese culparse a la escoba de que exista la suciedad.
Autor: José Ingenieros