- Estás enamorada - dijo Santiago.
- No es verdad.
- Claro que sí. Y sufres porque él piensa en otra persona. Créeme; sé de qué estoy hablando.
- ¿De verdad? - replicó ella, irritada -. Lo dudo. No te tomas nada en serio. ¿Cómo vas a saber lo que es el amor?
Se volvió para marcharse, pero Santiago la retuvo por el brazo y la miró a los ojos.
- Sé de qué estoy hablando - repitió.
Y Miriam lo comprendió.
Autor: Laura Gallego García