—Estoy bien con el silencio, Beth.
Aún estoy aquí en esta casa, en la habitación con demasiadas ventanas. Aún estoy expuesta, en carne viva y viviendo en el infierno. Pero tengo a Isaiah, y está sosteniéndome. Me deslizo por la pared hasta que puedo hacerme un pequeño ovillo en el suelo. —Te necesito.
—Estoy aquí. —Y nos quedamos en silencio.
Autor: Katie McGarry