La vida de la Iglesia es una sinfonía. Cada instrumento tiene el deber de alabar a los demás, pero no de imitarlos. El tambor no imita la flauta, pero no la censura… Es un poco ridículo, pero tiene su papel. Y los demás instrumentos, ¿pueden mofarse del bombo? No, porque no son bombo. Es como el arco iris… El rojo ¿puede censurar al amarillo? Cada uno tiene su papel.

Autor: Alberto Hurtado Cruchaga

La vida de la Iglesia es una sinfonía. Cada instrumento tiene el deber de alabar a los demás, pero no de imitarlos. El tambor no imita la flauta, pero no la censura… Es un poco ridículo, pero tiene su papel. Y los demás instrumentos, ¿pueden mofarse del bombo? No, porque no son bombo. Es como el arco iris… El rojo ¿puede censurar al amarillo? Cada uno tiene su papel. - Alberto Hurtado Cruchaga


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