No haré nada hasta que me lo pida —confesé—. No quiero cagarla de nuevo.
—¡Oh, joder! ¡Estás enamorado, tío! ¡Qué fuerte, macho! —exclamó Mauro tan alucinado como yo de que aquellas palabras estuvieran ligadas a mí.
«Maldición, lo sabía. Sabía que esa niña terminaría volviéndome loco.»
Autor: Alessandra Neymar