-¿Y ese ruido? ¡¿No habrás roto la cajita de música?!
-¿Cuál?
-La que te regaló la abuela, no la habrás roto, ¿no?
-Total no era linda.
-¡¿Como era?! ¿La rompiste? Te mato, Natacha, abrí la puerta.
Autor: Luis María Pescetti