¿Y si se desmayaba? ¿Y si la había asustado tanto que ella realmente perdía el conocimiento?
Comencé a pensar en maneras para
explicarlo.
¿Se lo estaba guardando a un amigo?
¿Era un accesorio para un show?
Era... era... mierda, no sabía.
Podía simplemente disculparme. Decirle que sabía que era muy rápido.
Esperé a que hiciera algo —gritar, correr, llorar, desmayarse. Cualquier cosa sería mejor que su quietud. Debí haber sido honesto con ella. No era bueno en cosas como ésta. Dije lo que estaba pensando... no planes, no manipulación.
Finalmente, cuando pensé que mi cuerpo se derrumbaría sólo por el estrés, se dio la vuelta. De frente a la cama, y sólo pude ver su perfil, pero se estaba mordiendo el labio. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba sólo pensando? ¿Pensando en una forma para librarse de esto? Luego, lentamente, como el amanecer asomándose por el horizonte,
sonrió.
Cerró la caja.
No gritó. No salió corriendo. No se desmayó.
Pudo haber un poco de llanto.
Pero sobre todo... bailó.
Autor: Cora Carmack