Ya había oído a los guerrilleros referirse a nosotros como «la carga», «los paquetes», y eso me había aterrado. No era una expresión anodina. Por el contrario. Buscaba deshumanizarnos. Es más fácil dispararle a un paquete que a un ser humano. Eso les permitía vivir sin culpabilidad el horror quenos hacían padecer. Ya era bastante difícil ver que la guerrilla empleara esos términos para referirse a nosotros. Pero que cayéramos en la trampa de utilizarlos nosotros mismos me parecía espantoso. Yo veía en eso el comienzo de un proceso de degradación que a ellos les convenía, y al queyo quería oponerme. Si la palabra dignidad tenía algún sentido, era impo-sible que aceptáramos numerarnos.
Autor: Ingrid Betancourt