El trabajo de abrir el pecho, no con voluntad: "¡Hay que abrir el pecho!" - ¿De dónde puede salir el movimiento que permitiría ampliar el espacio entre el hombro y el esternón? Trabajo que desgarra la piel por dentro. - ¿Es necesario desgarrarse? ¿No habrá otra forma de abrirse? Un abrir sin desgarrarse. Difícil equilibrio. Cada uno lo prueba con su propio cuerpo. Y hay respiraciones que parecen detenerse o simplemente se van quebrando de a poco. - ¿Y si hay dolor? - pregunta alguien del grupo. - No cerrarse, dejen que el dolor encuentre su salida. Pero, dejar que salga el dolor no es tarea fácil, implica el deseo de no querer el dolor que a veces ha sido necesario para sentirse viva. - Un dolorcito, por amor de Dios... El deseo de no desear el dolor.