La verdadera unidad de tiempo es aquella que hace que varíe la cotización de una empresa bursátil. Es una unidad indivisible, inapreciable, inhumana. Cualquier fracción de esta unidad resulta insignificante. Entre uno y otro de esos instantes se agitan fuerzas oscuras, fuerzas que no reconocen el tiempo sino el ansia de poder, algo demasiado terrible para ser detectado por cualquier artefacto humano. Ya no uso reloj, Nabil, sino un dispositivo que refleja la evolución de la Bolsa. Mi vida se rige por sus cambios, mutaciones que transcurren en fracciones de nanosegundo. Conozco el tiempo real. Nado en él. Soy el primer ejemplar de una nueva especie. Alguien diseñó un programa. Recoge los datos de la Bolsa y los convierte en imágenes, las de dinosaurios compitiendo en un paisaje jurásico, las de extrañas flores abriendo sus pétalos bajo un cielo poblado por una multitud de soles. Un nuevo Paraíso.
Author: Javier Moreno