Si me preguntaban mi nacionalidad, debía dar largas explicaciones y dibujar un mapa para demostrar que Chile no quedaba en el centro de Asia, sino en el sur de América. A menudo lo confundían con China, porque el nombre sonaba parecido. Los belgas, acostumbrados a la idea de las colonias en África, solían sorprenderse de que mi marido pareciera inglés y yo no
fuera negra; alguna vez me preguntaron por qué no usaba el traje típico, que tal vez imaginaban como los vestidos de
Carmen Miranda en las películas de Hollywood: falda a lunares y un canasto con piñas en la cabeza.

Author: Isabel Allende

Si me preguntaban mi nacionalidad, debía dar largas explicaciones y dibujar un mapa para demostrar que Chile no quedaba en el centro de Asia, sino en el sur de América. A menudo lo confundían con China, porque el nombre sonaba parecido. Los belgas, acostumbrados a la idea de las colonias en África, solían sorprenderse de que mi marido pareciera inglés y yo no<br />fuera negra; alguna vez me preguntaron por qué no usaba el traje típico, que tal vez imaginaban como los vestidos de<br />Carmen Miranda en las películas de Hollywood: falda a lunares y un canasto con piñas en la cabeza. - Isabel Allende


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