Y que me gana la risa.
Empecé a reír poshombre con risa muy mía muy interna porque cuando no se entienden las cosas no queda otra cosa y además el lugar es santo y siempre hay que tener respeto ¿no? pero no podía parar y empecé a carcajearme. Lleno de miedo oí como los gallos contestaban y la bruta risa se repitió por los corrales cercanos, alzándose en las cuestas y caracoleando por las calles. Comprendí que algo había que hacer pacalmarla y me aticé un chingadazo en la boca con tamaña piedra. Pior. Más risa me dio al escupir tanto miedo ¡Es una enfermedá! Alhora que subió el sol y las gentes llegaban a rezarle a sus ánimas y a limpiar las sepulturas, a dejarles flores, Jaimias, hijo de Alquimias y Gameta, se estaba orinando de la risa. Mismito arriba de su propio nombre.
¡Véanme! Yo Jaimias Más Omenos. Jaimias Más Omenos. Mjt. Dijeron don Lobo y don Crepúsculo sin hacerme caso al pasar por ahí. Irreverente siempre fue ¡Cállense por diositosanto! no digan pendejadas que me voy a morir desta risa ¿no ven las lágrimas? ya ni respirar puedo.
Author: Mario de Lille Fuentes