-Ya veo... ¿Jim está contigo en este momento?
-Sí. Nos lo estamos montando a lo bestia y nos has interrumpido.
Colgué.
(...)
Volvía a sumergirme en el mundo de los sueños, con la almohada eh la cabeza para bloquear el persistente y molesto haz de luz, cuando oí que una llave giraba en la cerradura. La puerta se abrió. La única persona que tenía llave de mi apartamento era el encargado, y nunca entraría sin avisar. Me levanté rápidamente y lancé una patada directa. Mi pie golpeó al intruso en el abdomen, lo que provocó un gemido claramente masculino, y este cayó al suelo. (...)
Una mano de acero me agarró el tobillo. Me apoyé sobre la espalda y le propiné una patada en el hombro con toda la fuerza que pude reunir.
Volvió a gemir y entonces vi su cara.
-¡Curran! -Hubiera preferido a un homicida lunático. Oh, espera...
(...)
Me envolvió como si fuera un paquete. No podía moverme ni un milímetro.
-¡Pensé que eras una especie de maníaco! -gruñí.
-Lo soy.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Busco a Jim en tu cama.
-No está aquí.
-Ya lo veo.
Author: Ilona Andrews