Mijail me agarra del pelo, y es tal el dolor que me saltan las lágrimas. Me arrastra por el pasillo mientras yo trato en vano de aferrarme a algo, lo que sea. Llegamos a una puerta la abre, y justo antes de empujarme dentro, reparo en el letrero: es el baño turco.
Tropiezo por entre la oscuridad y el calor, y caigo de rodillas y manos contra un suelo de baldosas blancas y verdes. El vapor del baño todavía empaña el aire, y siento como si me hubieran arrojado a una nube de niebla. No puedo ver, no puedo respirar. La luz principal proviene del pasillo, y el cuerpo de Mijail se recorta contra ella cuando entra y cierra la puerta tras sí.
Espero que me pegue, o me viole, o me mate.
No espero el lobo.

Auteur: Claudia Gray

Mijail me agarra del pelo, y es tal el dolor que me saltan las lágrimas. Me arrastra por el pasillo mientras yo trato en vano de aferrarme a algo, lo que sea. Llegamos a una puerta la abre, y justo antes de empujarme dentro, reparo en el letrero: es el baño turco.<br />Tropiezo por entre la oscuridad y el calor, y caigo de rodillas y manos contra un suelo de baldosas blancas y verdes. El vapor del baño todavía empaña el aire, y siento como si me hubieran arrojado a una nube de niebla. No puedo ver, no puedo respirar. La luz principal proviene del pasillo, y el cuerpo de Mijail se recorta contra ella cuando entra y cierra la puerta tras sí. <br />Espero que me pegue, o me viole, o me mate.<br />No espero el lobo. - Claudia Gray




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