No lejos de ese punto está el jardín reservado en que crecen como flores desconocidas los sopores, tan diferentes entre sí –sopor del estramonio, del cáñamo índico, de los múltiples extractos del éter, sopor de la belladona, del opio, de la valeriana, flores que permanecen cerradas hasta el día en que el desconocido predestinado venga a tocarlas, a hacerlas abrirse y exhalar durante largas horas el aroma de sus sueños particulares, en un ser maravillado y sorprendido.
Auteur: Marcel Proust