Sólo entonces caí en la cuenta de que los vecinos de asiento en los aviones, al igual que los matrimonios viejos, no se dan los buenos días al despertar. Tampoco ella.

Auteur: Gabriel García Márquez

Sólo entonces caí en la cuenta de que los vecinos de asiento en los aviones, al igual que los matrimonios viejos, no se dan los buenos días al despertar. Tampoco ella. - Gabriel García Márquez




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