El asunto con Margo Roth Spegelman es que realmente todo lo que podía hacer era dejarla hablar, y entonces cuando se detenía, hablarle valientemente para que siguiera, debido a los hechos que: 1. Estaba Eindiscutiblemente enamorado de ella 2. Era absolutamente sin precedentes en todas las formas, y 3. Realmente nunca me hacía
preguntas, así que la única forma de evitar el silencio era mantenerla hablando.
Autore: John Green