-Puede que haya un modo de que escapemos de este lugar -dijo Lúmino al día siguiente.
(...)
-¿Cómo? -pregunté, pero entonces se me ocurrió una idea-. Tu magia. la recuperas cuando me proteges.
-Sí.
(...)
-Pero ahora estoy en peligro... Lo estoy desde que me secuestraron los Luces. -Y no había ni el menor destello de magia en él.
-Puede que sea una cuestión de medida. O puede que haga falta una amenaza física.
Suspiré. Estaba deseando tener esperanzas.
-Muchos "puede" son ésos. Supongo que nadie tuvo la delicadeza de darte unas instrucciones sobre cómo... funcionas ahora, ¿verdad?
-No.
-¿Pues qué propones, entonces? ¿Ataco a Serymn, y cuando me responda, vuelas la casa por los aires y nos matas a todos?
Hubo un momento de pausa. Creo que mi sarcasmo lo molestaba.
-En esencia, sí. Pero no sería muy lógico que te matara a ti, así que limitaré la cantidad de fuerza que utilice.
-Agradezco tu consideración, Lúmino, en serio.
Autore: N.K. Jemisin