Simon decidió salvar la situación.
-James, hoy vamos a repasar cada momento de la noche en la que te capturaron.
Al parecer, el desayuno dejó de interesarle a su amigo, porque James colocó su tenedor lentamente dobre la mesa.
-Tenía la impresión de que ya lo habíamos hecho.
-No como vamos a hacerlo hoy.
Agatha asintió.
-Muy bien. Yo también quiero oírlo.
James se ruborizó de la manera más sorprendente.
-¡Aggie! Hubo algunos detalles muy importantes ese día. Cosas que tú no deberías oír.
-Oh, ¿Te refieres al hecho de que pasaste seis horas con tu amante esa noche? Por Dios, James, ¿Qué demonios hiciste durante seis horas enteras? A mí me consta que para eso se tarda muchísimo menos. ¿No es cierto, Simon?
Simon se atragantó con el último bocado que se había llevado a la boca. Esta vez le tocaba a él ruborizarse y evitar la mirada atónita de James.
Autore: Celeste Bradley