Su suave risa resonó a través de mis oídos, y tuve el repentino impulso de echármela al hombro y salir corriendo de aquí. Asegurándome de que nunca le ocurriera nada malo. Respiré e intenté concentrarme a pesar del dolor que sentía por dentro. Ella no me conocía. Sabía que no me conocería, pero aun así se sentía como una patada en el estómago.
Autore: Julie Cross