un alma humana solitaria más o menos a la deriva en la blancura. Eso era lo que quedaba de un individuo humano cuando se le apartaba de su casa, su familia, sus amigos, su ciudad, su patria, su mundo: un ser sin contexto, cuyo pasado se había difuminado, cuyo futuro era aciago, una entidad despojada de nombre, de sentido, de toda vida excepto un corazón que de momento, provisionalmente, aún latía.
Autore: Salman Rushdie