-No puedo cambiar mi pasado, Ángel, créeme que lo haría si pudiera. Nunca he sentido nada por nadie más, lo juro. Nunca le he dicho a nadie que era hermosa, sólo a ti. Nada más se compara a ti -dijo, mirándome intensamente, deseando que entendiera.- Buenas noches, Ángel -susurró.
Kirsty Moseley-Gracias por esto, Ángel, pero no me gusta el Coco Pops.
Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo mi cereal.
-Claro que sí, te lo comes todos los días.
Se echó a reír.
-No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que vengas y me lo arrebates.
-¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te gusta hacerme enojar?
-No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno.
Te amo, Ángel -susurró.
Mi corazón se detuvo.
Me besó de nuevo, impidiéndome hablar.
-No tienes que decir nada. Me he sentido así sobre ti durante años, pero apenas has dejado de mirarme como el mejor amigo idiota de tu hermano. Sólo quería decir las palabras para ti, eso es todo. He estado esperando para decirlas durante mucho tiempo.
Era más fácil para mí mantenerme alejado de ti si en realidad no querías estar conmigo. Pensé que si te hacía querer estar lejos de mí, entonces yo no tendría que intentar tan duro.
Kirsty Moseley-Ángel, ¿cómo diablos se supone que me voy a concentrar todo el día, sabiendo que mi hermosa novia se ve como una maldita diosa del sexo? ¿Estás torturándome a propósito?
Kirsty Moseley-Te llamo Ángel, porque, honestamente creo que Dios puso un ángel en la tierra sólo para mí -admitió, tomando mi rostro en sus manos haciéndome mirarlo.
Tomé una bocanada de aire inestable.. Mi corazón estaba acelerado en mi pecho mientras seguía hablando-. La primera vez que te vi pensé que eras un ángel directamente del cielo. Eras tan hermosa que me dejaste sin aliento. Todavía lo haces, todos los días.
-Siempre pensé en ti como el Liam de día, que era un idiota, imbécil, y un hombre prostituto, ligón. Luego estaba el Liam de noche, que era adorable, dulce y cariñoso. Siempre me ha gustado el Liam de noche.
-Bueno, la noche era cuando me detenía de tratar de alejarme. Podía ser yo mismo y disfrutar de mi tiempo contigo. Para que lo sepas, sin embargo, ambas de mis personalidades te han amado por siempre.
Ya sabes, hay una delgada línea entre el amor y el odio. Tal vez me amabas y no te diste cuenta -sugirió, sonriendo. Sonreí porque eso era exactamente lo que estaba pensando antes.
Kirsty Moseley-Liam, no quiero arruinar tu futuro -susurré.
Él sonrió y me besó suavemente.
-Ángel, tú eres mi futuro -.
-Ángel, mi gusto siempre ha sido el mismo. La fruta prohibida.
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