Si daca nu merge in linie dreapta, cel putin stie destul de bine unde vrea sa ajunga.

José Saramago


Vai alla citazione


Intotdeauna ajungem acolo unde suntem asteptati.

José Saramago

Tag: inspirational-life



Vai alla citazione


Reprezentarea cea mai exacta a sufletului omenesc este labirintul. Acolo totul este posibil.

José Saramago


Vai alla citazione


السبب الرئيسي لتقدمه ببطء كان إيمانه الراسخ بإنه سينجح، كأنه يفكر في نفسه، أكاد أصل، لكن في أعماقة شيئاً آخر يؤخره، هاجساً يمكن التعبير عنه بهذه الكلمات، كلما أسرعت في الوصول كلما تحتم علىّ الإسراع بالمغادرة

José Saramago

Tag: death faith life-lessons slow



Vai alla citazione


كان الرب قد أخبر يسوع ستكون لي في دمك منذ الآن، أما الشيطان، إن كان ذلك هو، فقد رفضه بازدراء، لم تتعلم شيئاً، فاغرب عني، ومريم المجدلية التي يجري العرق من أسفل نهديها، وجدائلها المتراخية يتعالى منها البخور، شفتاها منتفختان، وعيناها مثل بحيرتين داكنتين، قالت له، لن تمكث معي بسبب ما علمتك أياه، ولكن إمض الليلة هنا. وأجابها يسوع وهو يعلوها، ما تعلميني إياه ليس سجناً بل هو الحرية

José Saramago


Vai alla citazione


A VECES LA MAÑANA AYUDA

Hace tiempo que ando escribiendo una crónica que llevaría el título "No siempre la mañana ayuda". Y hasta tenía el comienzo apuntado en un papel por ahí, a toda prisa, sobre la mesa del despacho. Empieza así: "Al salir de la casa y tropezar con el rostro del sol(antiguamente lo representábamos así, con una amplia sonrisa y los ojos alegres, con una cabellera de rayos resplandecientes), deberíamos caer de rodillas, ofrecer cualquier cosa al culto pagano de la luz y sentir después el mundo conquistado. Pero todos tenemos otra cosa que hacer". Y saldría uno por ahí fuera a ahuyentar la melancolía, a justificar el título, en definitiva.

Algo me ha impedido continuar. Y sé que hoy no voy a concluir una prosa que me enfrentaría al lector. Y es que, sin esperarlo, se despertó en mi memoria un caso acontecido entre dos hombres, un caso que viene a demostrar que, a veces, la mañana ayuda, sí señor. Vamos, pues, con la historia.

Imagine el lector un vagón de tren. Lleno. El día no es ni feo ni bonito: tiene algo de sol, unas nubes que lo cubren, y hay una brisa cortante allá afuera. Los viajeros van callados, hacen todos unos gestos involuntarios al albur del traqueteo. Unos leen periódicos, otros se ausentan hacia un país silencioso y sólo habitado por pensamientos ocultos e indefinidos. Hay una gran indiferencia en la atmósfera, y el sol, al descubrirse, ilumina un escenario de rostros apagados.

Entonces, el hombre más(pero muy lejos deser un adolescente), que está sentado junto a la ventanilla, empieza a tararear en sordina una vaga canción. Quizá no tenga motivos especiales de contento, pero, en aquella hora, la necesidad de cantar es irresistible. Todo cuanto acude a su memoria sirve. Y va tan absorto en su pura y gratuita alegría que ni siquiera repara en que el vecino de asiento se muestra ofendido y esboza esos movimientos elocuentes que sustituyen a las palabras cuando no hay valor para pronunciarlas.

Frente al hombre que canta, hay un viejo. Éste desde que salió anda rumiando problemas que lo atormentan. Es muy viejo, y está enfermo. Ha dormido mal. Sabe que va a tener un día difícil. Y detrás de él una voz deshilacha canciones, badabádabá, notas de música, de un modo impreciso pero obstinadamente vivo y afirmativo.

El sol sique jugando al escondite. Y el mar, que súbitamente aparece se puebla de islas de sombra entre grandes lagos de plata fundida. A lo lejos, la ciudad se diluye en humo y niebla seca. Silenciosa, a aquella distancia, tiene un aire de fatalidad y resignación, como un cuerpo que ha renunciado a vivir y se extingue lentamente. Es grande el peligro de que la melancolía triunfe definitivamente.

Pero el hombre insiste. Ya no es posible identificar al que canta. Ahora sale de su boca un flujo de armonía, un lenguaje que ha desistido de la articulación coherente para penetrarse mejor de la sustancia de la música. Esto acabrá sin duda con un grito irreprimible de alegría, con indignación y escandalo de los viajeros.

Ocurrió, sin embargo, que la ciudad llegó de repente. Se abrieron las puertas, la gente se precipitó, empujándose, olvidándose unos de otros. El hombre se levanta, murmurando aún algo. Sigue a lo largo del andén, va a lo suyo, con su música. Y, de pronto, alguien lo coge del brazo. El viejo está a su lado, se juraría que tiene los ojos húmedos, y dice: "Gracias. Yo venía preocupado y triste. Cuando lo oí cantar sentí una gran paz, y durante todo el camino vine pidiéndole a Dios que siguiera usted cantando. Muchas gracias".

El hombre de las canciones sonrió, primero con embarazo, luego como si fuera el amo del mundo. Se separaron. Y fue cada uno a su trabajo, con la música que era de los dos.

José Saramago


Vai alla citazione


One can show no greater respect than to weep for a stranger.

José Saramago

Tag: respect



Vai alla citazione


Hoje sabemos que dia é o nosso, amanhã quem o dirá, Emprestam-te uma espingarda, mas nunca te disseram que a apontasses ao latifúndio, Toda a tua instrução de mira e fogo está virada contra o teu lado, é para o teu próprio e enganado coração que olha o buraco do cano da tua arma, não percebes nada do que fazes e um dia dão-te voz de atirar, e matas-te

José Saramago


Vai alla citazione


هكذا هي الحياة، إنها مليئة بكلمات لا تستحق النطق بها، أو أنها استحقت ذلك في وقت ما، ولم تعد تستحقه، فكل كلمة نقولها تنتزع مكان كلمة أخرى أكثر جدارة منها.

José Saramago

Tag: ترجمة-صالح-علماني



Vai alla citazione


Nunca se puede saber de antemano de qué son capaces las personas, hay que esperar, dar tiempo al tiempo, el tiempo es el que manda, el tiempo es quien está jugando al otro lado de la mesa y tiene en su mano todas las cartas de la baraja, a nosotros nos corresponde inventar los encartes con la vida, la nuestra...

José Saramago

Tag: tiempo



Vai alla citazione


« prima precedente
Pagina 49 di 61.
prossimo ultimo »

©gutesprueche.com

Data privacy

Imprint
Contact
Wir benutzen Cookies

Diese Website verwendet Cookies, um Ihnen die bestmögliche Funktionalität bieten zu können.

OK Ich lehne Cookies ab